EL ROSTRO DE LA POBREZA EN EL PERÚ ES AHORA URBANO
Un reciente informe del Banco Mundial señala que luego de la crisis económica generada tras la pandemia del COVID-19, se ha acelerado un fenómeno de urbanización de la pobreza, al punto que siete de cada diez peruanas y peruanos en esa situación viven en las ciudades.
El informe “Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú” indicó que la tendencia de la urbanización de la pobreza ya venía en curso, puesto que las estadísticas de 2013 a 2019 indicaban que la población en pobreza en zonas urbanas llegaba al 50%. Pero a partir de la crisis sanitaria, el 2021 ya ese porcentaje alcanzó 70%.
La cuarta parte de la población pobre en zonas urbanas se concentra en Lima y el resto se distribuye en doce de las ciudades más grandes delo país, como es el caso de Callao, Trujillo, Tacna, Piura, Arequipa, Iquitos, Cusco, Chiclayo, Chimbote, Cajamarca, Pucallpa y Huancayo.La causa del drástico aumento de la pobreza urbana es que, por tener mayor densidad poblacional y por lo tanto más riesgos para el contagio, las medidas de contención fueron mucho más estrictas y mantuvieron a la población inmovilizada en sus hogares sin desarrollar sus habituales actividades económicas.
El mencionado informe revela que la pérdida de bienestar causada por la crisis sanitaria pone en evidencia la fragilidad del llamado milagro económico peruano, pues el crecimiento sostenido logrado entre 2004 y 2019 se sustentó en empleos precarios, sin protección social, lo que coloca a la mayoría de la población en una situación sumamente vulnerable para enfrentar una crisis de esa magnitud.
Entre las medidas recomendadas para superar esa situación están impulsar el acceso a servicios básicos de calidad para el 60% de la población que carece por lo menos de alguno de ellos; enfrentar la informalidad y precariedad laboral, y cerrar las persistentes brechas de género en el acceso al empleo y productividad.
